El programa elaborado para el año 2009 del seminario clínico nos sitúa en el comienzo de la enseñanza de Lacan alrededor de 1952-53, la cual surge para decir no a la nueva orientación que había tomado el Psicoanálisis, aún antes de la muerte de Freud. Cuando Freud se encuentra con dificultades en la práctica que lo llevan a plantear la pulsión de muerte, sus discípulos rechazaron el concepto e iban en dirección contraria y se preocupaban por organizar la práctica, por estandarizarla. Sucede siempre, cuando hay cuestiones que nos angustian, (como con las que nos encontramos en la actualidad) cuando se nos plantea el “no sé más”, como lo expresa J A Miller, en Freud - Lacan y el Psicoanálisis, conferencia dictada
A partir de ese No Lacan elabora una nueva lectura de Freud, para resituar la práctica analítica desde sus fundamentos.
En el desarrollo de las clases los docentes se refirieron a este momento particular y su importancia en la historia del psicoanálisis:
En el escrito sobre Variantes de la cura-tipo, Lacan pone en juego lo que es la formación de los analistas, y como las desviaciones que se van produciendo en la práctica analítica, tiene que ver con las desviaciones que se produjeron en la lectura de Freud, en el uso de los conceptos, en la significación de los conceptos. Esto a su vez ha producido efectos, no solo en la clínica analítica sino también en los modos de organización de los analistas. En ese momento, en el `53, Lacan está comenzando su separación con
En la enseñanza de Lacan el concepto de inconsciente está en el centro de la práctica analítica, a diferencia de
Lacan va a reformular el concepto de ICC e introduce el concepto de Sujeto. Este concepto de $, tal como lo plantea Lacan, que no aparece así en Freud, es fundamental para la práctica analítica, como lo remarca Miller. Al sujeto Lacan lo representa con una barra $, denotando su división, que se designa con el término alemán spaltung.
En la 1º clase, La lógica del significante, la docente trabajó el concepto spaltung característica fundamental del psiquismo y su relación con el concepto de ICC, en el $ hay entonces una parte consciente y otra inconsciente que se nos escapa, que se revela en los actos fallidos, lapsus, sueños. Para el psicoanálisis no se trata del yo que sintetiza sino del $. Se trabajó en la 2º parte de esta clase, siguiendo el escrito de Lacan Función y Campo de la palabra y del Lenguaje en Psicoanálisis de 1953; en este escrito Lacan plantea que es de acuerdo al lugar que se le de a la palabra en la práctica analítica lo que va a determinar la posición del analista en la misma, el lugar desde donde va a responder con su interpretación. “Que no es, nos enseña Lacan, ni desde la fascinación del espectador, (no se trata de observar la conducta del sujeto en psicoanálisis) ni desde el ejercicio del dominio que se produce cuando el analista se ubica en el lugar del Ideal. Quedó planteado desde la primera clase entonces que de lo que se trata en el análisis es de la producción del $, y la función central de la palabra.
Así la constitución del sujeto, como sujeto dividido, el sujeto del ICC, (que dice no sé y se dirige a un Otro con su pregunta) sus derivaciones en la estructuración de los síntomas y por consiguiente su lugar en la práctica analítica, han sido, según como lo entiendo, los ejes a partir de los cuales se ha desarrollado la primera parte del programa.
Ya que lo que Lacan nos enseña, dice Miller en la mencionada conferencia, es que no se trata de trajes de confección, que uno puede arreglarlos un poco y ponérselos, sino de trajes a medida, de análisis a medida, a medida de cada $. Que no se trata de organizar ni estandarizar la práctica unificando por Ej. el tiempo de duración y frecuencias de las sesiones como planteaban los posfreudianos, no se trata de estándares para el psicoanálisis de
Las siguientes clases continuaron con estas enseñanzas respecto a que según sea la respuesta del sujeto en el camino de su constitución, se determinará tanto su modo particular de vivir como su sintomatología.
Quedaron planteados los desarrollos freudianos que instalan para el psicoanálisis la idea por la cual la femineidad y la masculinidad no se corresponden con la naturaleza (con la diferencia anatómica) sino que se trata de diferentes posiciones que adopta sujeto frente a la castración. Así entre el tener o no tener el falo, Freud ubica la salida propia para la mujer fundamentalmente en la maternidad vía la sustitución del falo con el niño. Deja así esta salida del lado de la lógica del tener, de la lógica fálica.
Los conceptos lacanianos abordan la sexualidad femenina como no-toda en el complejo de Edipo, postulando así que el goce para la mujer trasciende el Edipo y ubica un goce femenino más allá de la medida fálica.
La importancia del estudio de estas enseñanzas tanto de Freud como de Lacan respecto a que quiere una mujer? desde el abordaje de este seminario, está en relación principalmente a que toda la cuestión sobre lo infantil primordial sería cómo saciar el deseo de la madre, su falta fálica; como lo precisaron los docentes que trabajaron la temática. Es decir, el niño intentará colmar la falta fálica de la madre identificándose con el falo imaginario, saturación que resulta incompleta dado que la madre además de madre es una mujer.
Quedó planteado así el valor que ocupa el falo como significante del deseo en la economía del desarrollo del sujeto para Lacan.
El falo es el soporte de la construcción subjetiva como eje del complejo de castración. Hay una relación del sujeto al falo, independientemente de la diferencia anatómica de los sexos. Pero lo importante para que el complejo de castración tenga efecto, no es si el niño tiene o no tiene el falo real, es decir el pene, sino que el sujeto reconocerá su propio deseo barrado en la medida en que el Otro aparezca barrado, castrado, es decir deseante. Estos conceptos fueron desarrollados por los docentes siguiendo los historiales clínicos de Freud: el pequeño Hans, Leonardo y el fetichismo como respuestas sintomáticas del sujeto ante el encuentro con la castración en el Otro materno.
El complejo de castración también, como el falo además de la vertiente imaginaria, tiene dimensión simbólica al ser un conjunto de representaciones que imponen un límite a causa de la prohibición del incesto. El deseo de la madre no se cierra sobre el hijo por la interdicción simbólica de la función de
También mediante el soporte de la lógica de la cura se abordó la relación del $ con el Gran Otro. El $ es nombrado a partir de las palabras que le vienen del Otro que conforman sus primeras identificaciones que lo marcan, lo nominan, designándolo como “tú eres eso”
En distintos momentos de sus elaboraciones Freud aborda la problemática sobre la identificación. El punto de partida, basándose en la estructura edípica, es
Estas primeras identificaciones que nombran al $, que lo ligan, lo alienan al Otro no pueden al mismo tiempo decir todo de él, hay algo que se escapa, que queda como resto y es lo propio, lo más íntimo y particular de cada persona.
Quedó planteada así, desde el desarrollo de la primera parte del programa del Seminario Clínico, la propuesta del psicoanálisis de producir en la clínica un sujeto posibilitado de hacer lazo al Otro desde su rasgo más particular, más allá del Ideal.
Patricia Soto