El día viernes 10 de septiembre se realizó en el paraninfo de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, la conferencia “Cultura de las pantallas”. La misma estuvo a cargo del Lic. Mario Goldenberg, director de nuestro CID. En primer lugar se recordó el trayecto recorrido por el IOM en Santiago del Estero desde hace 10 años. Sosteniendo su presencia no solo a través del dictado de seminarios, también con actividades de interés público vinculadas a otras disciplinas y aspectos de la cultura, como conferencias, presentaciones de libros, ciclos de cine, etc. Sosteniendo de esta manera la transmisión del psicoanálisis de la Orientación Lacaniana en Santiago del Estero.
A continuación el Lic. Goldenberg inició la conferencia destacando que vivimos una época de pantallas: cine, tv, celulares, PC, GPS, etc. La tecnología en este sentido ha invadido la vida cotidiana y planteó la importancia de pensar el efecto en la subjetividad. Al respecto se refirió al secreto a la intimidad de los sujetos en relación al discurso de la seguridad. Tomó términos referidos a la lógica de lo inmunitario, para explicar con una serie de ejemplos cómo aquello que está destinado para la vigilancia o seguridad termina en un hecho de violencia o en contra del sujeto. Mostrando cómo la cuestión mediática produce estos efectos que antes no existían. La pantalla es usada también para los sinsentidos sin tener en cuenta la función de lo íntimo y del secreto de cada individuo. Por lo que destacó el costo de atravesar esta barrera, sobre todo en los adolescentes, provocando efectos negativos no calculados. Otro ejemplo que ilustra esta problemática está a nivel de la pantalla y el lazo social, en este sentido en el encuentro amoroso se produce un efecto paradojal. No es un encuentro cuerpo a cuerpo, puede pensarse como la estructura del sueño, menciona el Lic. Goldenberg en el sentido de la realización de deseo pero no sustituye al encuentro real. Por el contrario borra algo de este encuentro. Por otra parte mientras que la realidad virtual tiene la estructura del sueño, la TV apunta a dormir, es una especie de somnífero.
Esto tiene como efecto la declinación de las figuras de la autoridad. Los personajes producen algo de la sustitución en el orden de la diversión pero también del sinsentido. Hay un goce banal. El cine en cambio conserva algo del soñar. También mencionó otro nivel de pantalla: el video juego y cómo a través de los mismos se promueve la diversión pero también la violencia que luego se deriva en violencia escolar, hacia el puro goce. Como síntoma instalado muestra cómo se plantea una nueva relación con el semejante. Hay una nueva dimensión que es la cultura de las pantallas donde hay que tener en cuenta estos efectos clínicamente: el juego impregnado de violencia, que tiene su correlato de goce en el entretenimiento. El episodio violento es mediático, hoy es eso lo que se vende. Se pregunta dónde queda la subjetividad en todo esto, más allá de los aspectos interesantes que brinda la tecnología. Esta cuestión se hace presente en los consultorios donde llega la violencia de los niños, los fracasos de los encuentros amorosos, los modos de padecimiento como consecuencia del uso que ofrece la tecnología en relación a las pantallas. La globalización, la mundialización de la imagen juega como una especie de epidemia de anorexias, de depresión, de ataques de pánico. El psicoanálisis conserva el lazo social cuerpo a cuerpo. No es una relación virtual, hay amor de transferencia. La oferta del psicoanálisis es un ámbito real donde se puede atravesar la cuestión del amor más allá de lo virtual y más allá de la realidad de cada uno. Esta realidad no es virtual en el sentido de la pantalla sino mas bien fantasmática.
Comentario realizado por Lic. Mónica Asfora
Diciembre del 2010